Según expertos, la población está durmiendo menos horas que nunca. Insomnio, apnea y fase retrasada son algunas de las problemáticas recurrentes que impiden
un buen descanso. Conoce sus consecuencias.
La Organización Mundial de la Salud alerta que el 40% de la población sufre de insomnio y, en el país, la situación es preocupante. “Los chilenos, al igual que la mayoría del mundo occidental, están durmiendo menos que nunca, principalmente por culpa de los dispositivos electrónicos y el estrés al que estamos enfrentados. Hay una restricción crónica de sueño y muchos pacientes también se automedican, o sea, el diagnóstico no es positivo”, afirma la Dra. Catalina Torres, neuróloga del Centro del Sueño de Clínica Santa María.
De hecho, según la última Encuesta Nacional de Salud (2017), el 63,2% de las personas sobre 15 años había presentado algún trastorno del sueño.
¿Cuáles son los más comunes entre los chilenos y cómo detectarlos?
Insomnio: La Dra. Evelyn Benavides, neuróloga especialista en Medicina del Sueño de Clínica Dávila, explica: “El insomnio es la dificultad para conciliar el sueño o mantenerlo durante la noche, o despertarse antes de que suene la alarma. Se asocia muchas veces a problemas en los hábitos de sueño, o sea, a funcionar mucho más de noche que de día”.
Afecta mayoritariamente a mujeres, entre 3 y 4 veces más que a los hombres, debido al estrógeno y los cambios hormonales. “Muchas veces se asocia con la cercanía a la menopausia, a algunos momentos del ciclo ovulatorio, en general, a los días previos a la menstruación, y también tiene relación con la genética. Hay familias en las cuales las mujeres tienen más insomnio que el resto de la población”, asegura la profesional.
Apnea del sueño: Es potencialmente grave y ocurre cuando la respiración se detiene y vuelve a comenzar repetidas veces. “Se asocia a riesgo cardiovascular, más mortalidad, infartos, peor calidad de vida, más cansancio y menor capacidad cognitiva”, explica la Dra. Torres.
Síndrome de fase retrasada: El ciclo sueño/vigilia de una persona se retrasa respecto del ciclo día/noche externo, es decir, se duerme y se despierta más tarde de lo normal. El Dr. Enzo Rivera, neurólogo de Clínica Ciudad del Mar, precisa: “Este síndrome es particularmente importante cuando se tiene que enfrentar de nuevo a la rutina de levantarse y acostarse temprano, por ejemplo, tras unas vacaciones. La idea es combatirlo acostándose, por lo menos con una semana de anticipación, unos 15 minutos antes de lo habitual cada día”.
Síndrome de sueño insuficiente: Se debe a condiciones laborales, sociales y familiares que impiden dormir las horas necesarias (menos de seis) para conseguir un buen descanso.
Síndrome de piernas inquietas: Es un problema del sistema nervioso que provoca la sensación de un impulso irrefrenable a levantarse y pasear o caminar. Regularmente comienza a aparecer en edades más avanzadas. “Son personas que tienen una sensación incómoda en las piernas como picazón, ardor o molestia, sobre todo en la tarde y en la noche, y que mejora al ponerlas en frío o al moverlas”, aclara la neuróloga de Clínica Dávila.
Los riesgos asociados a la falta de sueño son múltiples y alarmantes. La Dra. Aliosha Sáez, jefa del Servicio de Urgencia de Clínica Biobío, advierte: “La falta de sueño, el mal dormir o dormir por periodos muy cortos de tiempo, a largo plazo se ha visto relacionado con mayor riesgo de desarrollo de enfermedades cardiovasculares como diabetes, obesidad, enfermedades coronarias, afectación a nivel de los vasos sanguíneos y, además, no descansar adecuadamente, aumenta también el riesgo de accidentes de tránsito”.
La importancia de la higiene del sueño en los niños
Asimismo, la Dra. Paola León, neuróloga infantil de Clínica Dávila Vespucio, enfatiza: «El sueño es fundamental para el cerebro, permite aprender, tener buena memoria y un buen desarrollo psicomotor. Por lo tanto, es importante mantener una adecuada higiene del sueño, lo que significa dormirse temprano en un horario establecido, idealmente sin pantallas, evitar las comidas pesadas, tener una habitación cómoda y una cobija adecuada según la temperatura. Eso va a ayudar a que los adolescentes tengan un mejor rendimiento al otro día, sin problemas de irritabilidad, con buena concentración y con ánimo”.