Llegó marzo y también para muchos, el fin de las vacaciones y el regreso a clases: un proceso que requiere retomar las rutinas y los horarios propios del periodo académico, lo que muchas veces genera dificultades. Para evitar complicaciones, profesionales del Servicio de Salud Chiloé entregan algunos consejos para un retorno más fácil.
Al respecto, la Dra. Loreto González, psiquiatra del subdepartamento de salud mental del Servicio Salud Chiloé, explicó que lo primero es tener en cuenta que cualquier cambio genera estrés. “Hay un estrés bueno, que permite dar respuestas a las necesidades del entorno, frente a una amenaza o a los cambios, como la entrada a clases. Pero también, hay un estrés mantenido o crónico, que es el más dañino de todos. Entendiendo que la entrada a clases será un estrés para niños, jóvenes, para sus padres y madres, es que es súper importante entender que esto será transitorio, esta tensión que vamos a experimentar o que algunos ya estamos experimentando, no va a ser algo mantenido”.
Frente a ello, detalló la profesional, es súper importante tratar, en la medida de lo posible, de implementar las rutinas de manera paulatina, especialmente lo relacionado a la hora de dormir y sobre todo en las niñas y niños más pequeños, que están en edad escolar, anticipando que habrá un cambio: que se están terminando las vacaciones, que hay que volver al horario habitual de clases, que tendrán tareas, nuevos compañeros y desafíos. “La anticipación es muy importante para el cerebro y para bajar el estrés que nos va a generar el ingreso a clases, la incertidumbre genera aún más estrés”.
Por ello, las recomendaciones en términos de preservar la salud mental, comenta la Dra. González, principalmente de los niños, niñas y adolescentes, detallan que las figuras de cuidados, ya sea, padres, madres u otros; generen un espacio lo más seguro posible en el hogar y permitan que los niños, niñas y adolescentes puedan expresar sus emociones, que cuenten sus experiencias, su relación con los nuevos compañeros, lo bueno y lo malo del primer día, generar espacios de diálogos, donde el niño o la niña sepa que serán escuchados y contenidos, apoyarlos en sus temores, en especial a quienes ingresan por primera vez o se enfrentan a un cambio de colegio.
Al respecto, la psicóloga del Servicio de Salud Chiloé, Evelyn Alvarado, enfatizó que una de las emociones más comunes al momento de enfrentar el retorno a clases es la ansiedad, debido a que: “Es un cambio de rutina enorme, la rutina de las vacaciones es bastante libre, aunque uno trata de mantener ciertos hábitos, de sueño, de alimentación en horarios adecuados, el cambio que se produce con el ingreso al colegio es un cambio total en la rutina, porque es modificar la normalidad que teníamos los últimos dos meses, entonces la idea es planificar con antelación, a lo mejor una semana antes y reducir los tiempos de acostarse temprano, por supuesto con los otros factores, como la alimentación saludable, pero el sueño es muy importante”.
En ese sentido, reducir al máximo los estímulos a la hora de ir a la cama es otro de los principales desafíos para una buena rutina, detalló la profesional, donde disminuir el uso de pantallas es fundamental, pues el uso prolongado de celulares, tablets, televisión, puede alterar el ciclo óptimo del sueño, por lo que se recomienda minimizar su uso para favorecer el buen dormir: “Cuando los niños o jóvenes estén más cerca de cerrar su día, lo ideal es estar lo más alejado de esos estímulos que activan el funcionamiento cerebral y precisamente no ayudan a descansar, hay un tema con la luz que emiten, con la distracción y la concentración, disminuyendo el sueño. Se recomienda restringir el consumo de dispositivos electrónicos a partir de la tarde en adelante”, explicó Alvarado.
Pero no solo los niños, niñas y adolescentes son quienes deben prepararse para el nuevo año escolar, también los padres, apoderados, docentes y comunidad educativa en general, se enfrentan a la presión que implica reorganizar la rutina familiar y personal que implica el regreso a clases, por ello, una de las principales recomendaciones es no olvidar el cuidado de la salud mental: “No somos seres divididos, nuestro cerebro y mente están en el mismo cuerpo, entonces no podemos hacer la dicotomía de que vamos a cuidar una cosa sin cuidar la otra. Está demostrado por diversos estudios que el estrés crónico, genera cambios a nivel corporal, alteraciones metabólicas y cardiovasculares, entonces si queremos que nuestros niños más adelante no sean adultos hipertensos, diabéticos, también tenemos que cuidar su salud mental o si queremos ser adultos mayores con mejor calidad de vida, está todo de la mano”, concluyó la Dra. González.