Gonzalo Gallardo Martínez, director carrera de Fonoaudiología, UNAB Sede Viña del Mar
En un mundo inundado de estímulos efímeros y distracciones constantes, la capacidad de mantener la atención se ha vuelto un desafío complejo. Desde discursos políticos, charlas educativas, homilías o predicaciones, la lucha por captar y mantener la concentración de una audiencia se intensifica cada día más, especialmente cuando las redes sociales ofrecen una oportunidad tentadora en el bolsillo o cartera de cada persona: el celular. ¿Cómo puede competir la voz humana en este mundo de distracciones?
Investigaciones revelan que el cerebro humano, en promedio, solo presta atención a un discurso durante un modesto lapso de 18 a 20 minutos. Y si a esta corta ventana le sumamos la presencia de distractores instantáneos, como notificaciones en redes sociales o mensajes entrantes, el desafío para los oradores se vuelve aún más arduo. ¿Cómo lograr que un mensaje se comprenda en su totalidad en tan poco tiempo?
La respuesta yace en el arte de la comunicación misma: la voz. Pero no cualquier voz, sino aquella que ha sido moldeada y entrenada con maestría. La prosodia, la tesitura, el pasaje vocal: estos son solo algunos de los conceptos que un orador debiera dominar para convertir su voz en un instrumento estético y de persuasión.
En estos tiempos, es posible transformar la voz más allá de sus límites convencionales. Una voz no solo es capaz de transmitir contenido, sino también de cautivar con su estética y magnetismo. Entonces, ¿Quién es el profesional detrás de esta transformación?
El fonoaudiólogo especializado en voz emerge como el arquitecto detrás de este cambio. Con su conocimiento profundo y entrenamiento especializado, el fonoaudiólogo trabaja en conjunto con oradores, presentadores, líderes o cualquier persona que desee desarrollar una voz que no solo transmita el mensaje de manera efectiva, sino que también sostenga la atención del público en un mundo saturado de distracciones.
En la era digital, donde la competencia por la atención es sencillamente difícil, la voz se convierte en un arma poderosa. Aquellos que dominan su arte no solo comunican, sino que persuaden; no solo hablan, sino que cautivan. En manos del fonoaudiólogo especializado en voz, la voz humana se convierte en un instrumento maravilloso, capaz de trascender los límites de la atención y alcanzar la profundidad de la persuasión y la estética.
La voz, ese instrumento incomparable de comunicación que muchas veces apreciamos solo cuando falla y nos impide expresar lo que creemos y lo que somos.