Antonio Cortés, jefe social territorial de Hogar de Cristo en Chiloé.
La destrucción de la Hospedería Mixta del Hogar de Cristo en Castro hace tres meses fue un duro golpe para nuestra comunidad. Si bien las 22 personas que perdieron su refugio temporalmente han podido regresar, la hospedería aún está lejos de estar completamente operativa.
Este no es un simple problema logístico; es un dilema moral. Chiloé enfrenta un invierno que, sin haber llegado, ya cobra vidas. Tres personas en situación de calle han muerto en Los Lagos debido al frío. ¿Vamos a permitir que una tragedia engendre otra?
El Ministerio de Desarrollo Social está intensificando sus esfuerzos para establecer albergues en las tres comunas principales de la isla. Nosotros, siguiendo nuestro compromiso histórico, nos hemos unido a esta iniciativa. Sin embargo, este año enfrentamos retos adicionales: aún estamos recuperándonos del incendio que devastó nuestra Hospedería. A pesar de los avances, el edificio aún no alcanza los estándares de calidad necesarios para atender adecuadamente a las personas más vulnerables.
Como Hogar de Cristo, celebramos este año nuestro 80 aniversario, una coyuntura que coincide irónicamente con la necesidad de 80 millones de pesos para financiar nuestra hospedería. Esto no es solo un juego de cifras; es un recordatorio de cuán lejos estamos del Chile justo y solidario que soñaba Alberto Hurtado.
Entonces, hagamos como él hacía: transformemos una crisis en un acto de solidaridad concreta, convirtamos la necesidad en una afirmación de nuestros valores más profundos. No es demasiado tarde; unidos, nuestra comunidad puede y debe demostrar que el legado del Padre Hurtado sigue vivo en nuestras acciones y decisiones.