Por Luz Ortiz Roa, docente de Nutrición y Dietética de la Universidad Santo Tomás Puerto Montt.
Desde hace mucho tiempo el uso de probióticos en niños ha ido en aumento, a pesar de la incertidumbre sobre su eficacia y las recomendaciones variadas sobre su uso. Su consumo aumenta en época de otoño e invierno, estaciones que se caracterizan por la aparición de enfermedades respiratorias, de las cuales algunas son tratadas con antibióticos, generando alteraciones en el sistema digestivo de los niños, en donde se sugiere el uso de probióticos para evitar, por ejemplo, episodios de diarrea.
Los cuadros diarreicos en niños pueden generar múltiples alteraciones, principalmente deshidratación, cuadro clínico que debe prevenirse y tratarse de manera oportuna, ya que puede desencadenar manejo hospitalario. Como nutricionista el abordaje alimentario en niños con uso de antibióticos y posible riesgo de alteraciones digestivas va de la mano con probióticos, adecuada hidratación y alimentos ricos en prebióticos, como lo son, las verduras, entre ellas el tomate, cebolla, espinaca y otras, ya que contienen alto contenido de fibra.
Pero también debemos preguntarnos ¿qué tan efectivos son?, ¿es seguro su uso? Primero es importante saber que los probióticos son considerados microorganismos vivos que, cuando se administran en cantidades adecuadas, entregan un beneficio para la salud. Así lo define la Sociedad Europea de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica (ESPGHAN), la cual nos entrega recomendaciones actualizadas referente al uso de probióticos en el tratamiento de alteraciones digestivas pediátricas.
Es importante abordar este tema ya que es una pregunta constante en esta época del año, debido al uso de antibióticos para tratar diferentes enfermedades respiratorias, que como sabemos, en nuestra región debido a los fríos, uso de calefacción, aumentan estos diagnósticos. La diarrea como efecto colateral al uso de antibióticos, es una alteración frecuente, específicamente en niños menores de 5 años. Siendo, además, un cuadro clínico importante de tratar ya que sus consecuencias pueden agravar el estado de salud. Varios documentos científicos refieren que el efecto de los probióticos dependerá de la cepa a la cual pertenezcan. La cantidad de probióticos que existen son muchos, solo mencionaré dos de los más importantes, considerados recomendados para la prevención de la diarrea asociada a antibióticos, las cepas recomendadas son Saccharomyces boulardii CNCM I-745 o Lactobacillus rhamnosus GG, este tratamiento debe ser iniciado simultáneamente con el uso de antibióticos y no cuando se ha desencadenado el cuadro donde ya no son útiles.
En el comercio se encuentran con nombres según su marca, pero podemos consultar que tipo de cepa tiene el probiótico que vamos a comprar, y de esa forma, asegurarnos que es el adecuado. Importante también considerar, que la cantidad indicada dependerá de múltiples factores, como: edad, tipo de antibiótico, enfermedades de base, tiempo de tratamiento. Y, también, esta sugerencia debe ser consultada al pediatra o profesional del área de la salud.