La Convención sobre la protección al patrimonio cultural y natural celebrada en el año 1972 en París, se refiere a que el “Patrimonio Natural englobaría las formaciones físicas, biológicas y geológicas excepcionales, hábitats de especies animales y vegetales amenazadas, y zonas que tengan valor científico, de conservación o estético” (García, Mª., 2011).

Los alerzales de la cordillera de la Costa de La Unión son un monumento natural que debe ser resguardado por su valor universal excepcional para la ciencia y la conservación de la naturaleza. Estos alerzales han decorado el paisaje natural de las montañas costeras y poseen un valor intrínseco por su carácter universal excepcional y por el valor patrimonial simbólico y material de su madera en construcciones del pasado que dan una identidad arquitectónica a la comuna (Montecinos, H., et.al., 1981).

Desde el punto de vista del Patrimonio Material, uno de los principales usos del alerce estuvo basado en las construcciones de viviendas, aprovechando las ventajas de la arquitectura tradicional establecida en Chile, donde se pueden encontrar variadas expresiones que dan un “reconocimiento de la existencia misma de unas formas constructivas, sobre todo edificios destinados a usos domésticos, susceptibles de diferenciarse según culturas, medioambiente y clima, del lugar donde se levantan ha conducido al empleo cada vez más extendido del término arquitectura vernácula para identificarla” ( Oliver, P., 1978) , siguiendo la tendencia de construcción de otras ciudades como Valdivia, Osorno y Chiloé.

En la actualidad, la madera de alerce aún se puede ver en viviendas antiguas de La Unión, principalmente en puertas, ventanas, muebles y revestimientos exteriores, como tingles y techumbres. También se encuentra en postes de alumbrado público y en embarcaciones tradicionales, siendo una pieza fundamental para la llamada carpintería de ribera, la cual corresponde al arte y oficio de construcción de embarcaciones tradicionales que se desarrolló en el sur de Chile.  En el caso de la comuna de La Unión, según relato del Sr. Iván Ríos (Presidente de la Cámara de Turismo de la comuna de La Unión, 2020), las embarcaciones que se realizaron en base a madera de alerce se encontraban en el Puerto Viejo del sector de Trumao. Muchas de las construcciones hechas con alerce han sido declaradas patrimonio cultural, pasando a tener una doble valoración patrimonial: por un lado, por el hecho de ser tangible, entregándole importancia a su materialidad, y por el otro lado, por su intangibilidad, porque representa parte de la identidad local, que mostrará a las nuevas generaciones el valor que contienen estas construcciones. Este valor va más allá de un sentido monetario, puesto que simbólicamente la madera del alerce representa una forma de arquitectura propia de la zona, y junto con ello, la especialización de las personas que formaron parte del proceso de transformación de la madera, desde su extracción hasta la elaboración final.

Una primera aproximación por relevar la importancia del Alerce como especie única en Chile fue realizada con el Decreto Supremo Nº 531 del Ministerio de Relaciones Exteriores el año 1967, el cual define los conceptos de Parque Nacional, Reserva Nacional y Monumento Natural.  Luego como segunda instancia se encuentra el Decreto Nº 490 del Ministerio de Agricultura en el año 1977, declarando la especie forestal el Alerce como Monumento Natural, considerando su “acervo natural en lo científico, histórico y cultural” (El Decreto Nº 490 del Ministerio de Agricultura en el año 1977, indica que el “Alerce o Lahuán… Constituye un atractivo botánico, científico y turístico.  Esta especie es una de las más longevas del reino Planteae”).  Otro de los hitos que ratifican la importancia del Alerce está dada por la Convención para la protección de la flora, la fauna y las bellezas escénicas naturales de América del año 1982 en Washington, donde Chile participo activamente esta importante instancia comprometiéndose a la preservación de esta especie.

Por su parte, este tipo de declaración que implica ser monumento nacional conlleva que se puede autorizar su corta o explotación por parte de la Corporación Nacional Forestal (CONAF) a través de la autoridad máxima de esa institución, para tres fines, en primer lugar para desarrollar investigaciones científicas debidamente autorizadas, segundo para habilitar terrenos para la construcción de obras públicas o de defensa nacional y tercero para desarrollar planes de manejo forestal por parte de organismos del Estado.

Por lo tanto, la importancia que se le atribuye a la madera de alerce presenta una doble connotación, desde el punto de vista de la especie nativa considerada Monumento Natural, además de constituir un patrimonio natural y cultural para el país, lo cual viene a ratificar la reflexión sobre el privilegio de contar con una madera noble escasa que ha servido para trabajar la madera de manera magistral, tanto de artesanos como profesionales, que han sabido apreciar su valor del alerce en todas sus dimensiones, lo cual contribuye a la creación de conciencia e identidad para las futuras generaciones.

Uno de los estudios más acabados sobre las construcciones de alerce es el realizado por el arquitecto Hernán Montecinos quien dedicó su vida a poner en valor la arquitectura chilota, logrando con su trabajo la declaración de Iglesias Misionales de Chiloé como Patrimonio de la Humanidad, a fines del año 2000. El libro muestra la riqueza artística de los constructores de aquellos edificios públicos y/o privados que formaron y forman parte importante del paisaje arquitectónico, y que fueron desarrollados con la sabiduría del uso de la madera formada en Chiloé unida a la influencia de la colonización alemana.

Sin lugar a duda, el patrimonio cultural material desarrollado a raíz de la madera de alerce ha constituido desde las primeras construcciones realizadas a mediados del siglo XIX un valor en sí mismo para la zona sur del país y en particular para la comuna de La Unión, reflejando la importancia de las cualidades intrínsecas de la madera de alerce para permanecer en el tiempo, cuyo mérito está dado por las habilidades artísticas de los constructores que tuvieron influencia desde inmigrantes nacionales como fueron los chilotes e inmigrantes colonizadores alemanes, que demostraron su arte por medio de la edificación de construcciones que en la actualidad son consideradas parte de la identidad de la zona sur.

A parte de conocer el valor patrimonial que tiene el alerce para la comuna de La Unión, resulta relevante también saber acerca de los resguardos en cuanto a conservación del bosque nativo, puesto que nuestro país ha comprometido en diferentes instancias la necesidad de establecer normativas que consideren la importancia del bosque de alerce de la zona, considerándolo como Monumento Natural, reconociendo la importancia en términos científico, histórico y cultural, para garantizar su preservación en diferentes dimensiones que vienen a prevenir su explotación y uso indebido a través de la institucionalidad de CONAF, instancia público-privada que tiene mandatado el desarrollo de planes de manejo del bosque nativo, lo cual ratifica una vez más que la contribución a los ecosistemas de los bosques nativos es importante para el desenvolvimiento de la vida.

Dr. Guido Asencio Gallardo