Especialistas destacan que, aunque los síntomas de un ataque cardiovascular pueden ser atípicos y frecuentemente se confunden con ansiedad o angustia, es crucial identificar signos como dolor en el pecho, sudoración fría y malestar general. También enfocándose en factores de riesgo como la obesidad y el tabaquismo.
En agosto se conmemora el “Mes del corazón”, con la finalidad de concientizar e informar sobre las enfermedades cardiovasculares, que son la principal causa de muerte en todo el mundo, cobrando más de 17 millones de vidas anualmente según la Organización Mundial de la Salud.
Sin embargo, aunque este tipo de enfermedades afectan principalmente a los hombres mayores de 60 años, las cifras y expertos exponen que las mujeres y los jóvenes también están en riesgo significativo y, a menudo, no reciben el diagnóstico ni el tratamiento necesario.
El Dr. Marco López, jefe técnico de la UCI Coronaria de Clínica Dávila, precisa que respecto a las enfermedades cardiovasculares en mujeres se debe diferenciar “entre las mujeres pre y postmenopausia, pues los estrógenos son, por diferentes motivos, un factor protector cardiovascular. Y si bien las mujeres suelen desarrollar enfermedades cardiovasculares más tarde que los hombres, después de la menopausia, su riesgo aumenta significativamente”.
Además, el profesional de Clínica Dávila, destaca: “Muchas veces existe un subdiagnóstico de eventos cardiovasculares en mujeres, o un diagnóstico más tardío, y esto se debe, primero, porque se tiene en mente este rol protector estrogénico en las mujeres jóvenes; segundo, porque está descrito que en las mujeres los síntomas pueden ser atípicos con más frecuencia que en los hombres y, muchas veces, la consulta suele ser un poco más tardía; y, tercero, porque lamentablemente suele pasar que cuando una mujer consulta con molestias al pecho, sobre todo si es una mujer joven, se tiende a tildar rápidamente como un cuadro de angustia, ansiedad o una crisis de pánico”.
Sin embargo, de acuerdo al Dr. Alfredo Labarca, urgenciólogo de Help, los infartos agudos al miocardio también pueden presentar características típicas que tanto hombres como mujeres comparten. Estos son:
- Dolor intenso en el centro del pecho, que puede ser generalmente opresivo. Este puede irradiarse hacia la mandíbula, la espalda, el brazo izquierdo e incluso el epigastrio (parte alta del abdomen).
- Sudoración fría, náuseas, vómitos, sensación de malestar general y nerviosismo.
El Dr. Pablo Pedreros, cardiólogo de Clínica Santa María, agrega: “Estos síntomas inicialmente se gatillan con el movimiento o ejercicio y tienden a disminuir al estar en reposo. En la medida en que se va agravando la enfermedad ese dolor se podría producir en reposo y cuando dura más de 5 minutos se debe consultar o acudir a un servicio de urgencia”.
“En el caso de los adultos mayores todos estos síntomas puedes ser mucho menos categóricos, por lo que ante su presencia se debe acudir inmediatamente a un servicio de urgencia o llamar al sistema de rescate médico”, señala Labarca.
Respecto a los jóvenes, el Dr. Bernhard Westerberg, cardiólogo de la Unidad de Hemodinamia de Clínica Ciudad del Mar, sugiere comenzar a prestar atención a posibles enfermedades en etapas donde aún no hay daño o este sea escaso y reversible: “Solemos ver pacientes desde los 50 y 60 años debutando con daños importantes (rango de edad cada vez menor) y coincide que la mayoría no han detectado previamente factores de riesgo como diabetes y tabaquismo, además de educación en prevención sanitaria”.
De hecho, el Dr. Pablo López, cardiólogo de Clínica Biobío, agrega que cada vez se observan más infartos agudos al miocardio en personas jóvenes: “En general se mantiene estable la tendencia en el tiempo, observándose ya de un tiempo a esta parte un aumento progresivo en los niveles de obesidad a corta edad y, con ello, de las enfermedades”.
Por su parte, la nutricionista de Clínica Dávila Vespucio, Paulina Mella, advierte: “La nutrición ayuda a prevenir y a manejar enfermedades cardiovasculares. Hay nutrientes que favorecen la prevención de estas enfermedades, por ejemplo, el omega 3 es muy importante, la fibra, frutas, verduras, legumbres y antioxidantes. Todo lo anterior, combinado con actividad física y hábitos saludables es primordial para una buena salud cardíaca”.