El 26 de octubre se celebra el Día Mundial del Daño Cerebral Adquirido (DCA). Esta jornada se orienta a la creación de campañas, eventos y actividades que buscan informar a la población sobre los desafíos que enfrentan las personas con DCA, promoviendo la importancia de la prevención, tratamiento y rehabilitación de los usuarios que viven con esta condición.
“Uno de los DCA más frecuentes son los Accidentes Cerebro Vasculares (ACV), condición neurológica caracterizada por la ruptura o taponamiento de las arterias cerebrales. Corresponde a una importante problemática de salud pública, debido al coste sanitario, social y funcional que genera en quienes la padecen”, explica Ignacio Catalán, académico de la Escuela de Terapia Ocupacional de Universidad de Las Américas.
Reconocer los signos de alarma en un ACV es fundamental, de manera de actuar prontamente y reducir consecuencias y secuelas. “La evidencia nos indica que existe un tiempo oportuno de intervención post ACV (4-6 horas), conocido como “ventana terapéutica”, en la cual la intervención clínico-médica precoz es crucial, de manera de restaurar el flujo sanguíneo, reduciendo así las consecuencias del daño cerebral”, explica el profesional.
¿Cuáles son los signos de alarma de un Accidente Cerebro Vascular?
El experto de UDLA comenta que para reconocer y recordar los síntomas principales, se puede utilizar el acrónimo RÁPIDO:
Rostro: sonría frente al espejo y observe si aparece alguna asimetría o percibe parte de su rostro “caído”
Ambos brazos: levante los dos brazos y verifique si tiene dificultad para alzar uno de ellos o si éste se la cae o le cuesta mantenerlo elevado.
Palabra: intente comunicarse verbalmente o repita una frase simple. Podría haber dificultad para hablar o presentar un lenguaje incoherente.
Inmediato: si se observa alguno de estos signos de alarma, hay que dirigirse rápidamente a un centro de atención de salud.
Dificultad para ver o caminar: problemas para ver por uno o ambos ojos, pérdida de equilibrio, se cae con facilidad.
Otras señales súbitas: dolor de cabeza repentino, intenso, con o sin pérdida de la conciencia, sin motivo aparente.
Reconocer estos signos de alarma del ACV, puede marcar la diferencia ante la detección, tratamiento y rehabilitación, minimizando las secuelas del daño cerebral. “Compartir esta información con familiares y la comunidad, permite construir una sociedad más empoderada, responsable y participativa de su salud y calidad de vida”, concluye el académico de UDLA.