Según la Federación Latinoamericana de Asociaciones para el Estudio del Dolor (FEDELAT), entre el 27 y 42% de los latinoamericanos sufre dolor crónico.

“Es urgente que se generen iniciativas de acompañamiento social, emocional y económico para este problema de salud, ya que el impacto en la vida de quienes lo padecen es muy grande”, plantea el Dr. Patricio Bustos, jefe de Neurocirugía del Hospital Clínico de la Universidad de Chile.

El dolor crónico se define como aquella molestia aguda que persiste por más de tres meses, luego de que el paciente se somete a todas las terapias indicadas. Esta es una realidad que, según datos de una investigación conjunta del Centro de Estudios Longitudinales de la Pontificia Universidad Católica y la Asociación Chilena de Seguridad, afecta a más del 26% de los chilenos.
Además, según la Federación Latinoamericana de Asociaciones para el Estudio del Dolor (FEDELAT), entre el 27 y 42% de los latinoamericanos sufre dolor crónico. Es por eso que hoy 17 de octubre, fecha en que se conmemora un nuevo Día Mundial contra el Dolor, resulta necesario conversar sobre esta condición, sus fuertes implicancias en la vida de quienes la padecen y las alternativas existentes hoy para tratarla con éxito.
El dolor crónico puede tener un origen traumático, como un accidente, o ser consecuencia de una enfermedad, como la artrosis, diabetes o cáncer, principalmente en pacientes mayores de 50 años. “Determinar su origen representa un primer paso para su tratamiento, el cual también debe ser iniciado con la mayor prontitud posible, para así evitar que el dolor se haga crónico. Lamentablemente, en Chile tenemos una cultura de no consultar con un médico a tiempo”, comenta el Dr. Patricio Bustos, neurocirujano y jefe de Neurocirugía del Hospital Clínico de la Universidad de Chile.
Las consecuencias del dolor crónico se extienden más allá de los órganos o zonas del cuerpo afectadas. “Quienes lo sufren experimentan una baja importante en su calidad de vida. En muchos casos, el dolor es tan persistente que no les permite trabajar, lo que gatilla problemas económicos, además de problemas para dormir, inestabilidad emocional y dificultades en sus relaciones familiares”, apunta el especialista.
De acuerdo al artículo científico “Dolor crónico en Chile”, publicado por la Revista Médica Clínica Las Condes, en 2019, los orígenes más frecuentes en Chile para el dolor crónico son el lumbago (22,1%), la osteoartrosis (16,1%), la artritis reumatoide (8,8%), enfermedades neurológicas (6,7%), problemas digestivos (4,4%) y enfermedades del sistema circulatorio (3,6%), entre otros. Por otra parte, un 24,1% de los dolores crónicos no tienen un diagnóstico definido.
Tecnologías para aliviar
Quienes padecen esta condición hoy cuentan con alternativas de terapias que pueden contribuir de manera significativa a mejorar su calidad de vida, y que incluso les permite retomar actividades cruciales para su desarrollo personal, como trabajar o tener relaciones interpersonales y afectivas saludables. Medtronic, líder global en tecnología de la salud, con presencia en más de 150 países, ha desarrollado diversas tecnologías para el tratamiento del dolor de distintos orígenes.
Entre ellos están la terapia con estimulación medular espinal, Intellis, para el manejo del dolor crónico de origen neuropático, como el dolor de espalda post quirúrgico o el síndrome de dolor regional complejo. Este tratamiento consiste en un dispositivo y un electrodo que se colocan en la columna vertebral, que generan impulsos eléctricos de bajo voltaje y frecuencia variable para estimular la médula espinal, bloqueando el paso de estímulos dolorosos.
“La estimulación medular genera un aumento de la actividad de algunas de las neuronas medulares y eso bloquea el paso de un dolor que viene de sectores que están por debajo de la zona de estimulación. Esta terapia no cura la causa del dolor, pero los pacientes que se someten a ella, cuando la terapia está bien indicada, sienten alivio al punto de no necesitar tomar fármacos para el dolor”, detalla el Dr. Bustos.
Otra tecnología para el tratamiento del dolor crónico es la Bomba de Infusión Intratecal o Synchromed II, conocida como Bomba de morfina, y que está indicada para el manejo de dolor no neuropático y para el dolor de origen oncológico. Este dispositivo también se instala de forma subcutánea, al costado del abdomen, e incluye un catéter que va hasta la médula espinal. La bomba administra una solución de morfina o de morfina combinada con otros fármacos, para aliviar el dolor de los pacientes.
“Hablamos de dosis muy pequeñas, no comparables con la gran cantidad de morfina que se debe suministrar de manera oral para tener el mismo alivio. Además, es posible regular la dosis y dar pequeños bolos del fármaco si la persona si tiene una crisis muy fuerte. Esto se puede gestionar de manera remota con un dispositivo externo, vía bluetooth”, explica el neurocirujano.
Para el Dr. Bustos, es necesario también recordar la importancia de que exista algún programa público o privado que vaya en apoyo de los pacientes con dolor crónico: “Así como existen programas para el cáncer o para la diabetes, es urgente que se generen iniciativas de acompañamiento social, emocional y económico para este problema de salud, ya que el impacto en la vida de quienes lo padecen es muy grande”.
Para más información sobre el dolor crónico, visite https://aliviatudolor.net, plataforma de Medtronic que proporciona valioso contenido sobre las implicancias del dolor en la vida de las personas, los tratamientos disponibles para enfrentarlo, y testimonios de pacientes con dolor crónico en Latinoamérica.