Los maritorios australes
Francisco Ther-Ríos, Universidad de Los Lagos & CHIC
Ricardo Alvarez Abel, Universidad Austral de Chile & CHIC
Andrés Mansilla Muñoz, Universidad de Magallanes & CHIC
El concepto de maritorio aborda dinámicas territoriales donde la presencia marítima se confunde con la terrestre de manera entremezclada, como hacen las mareas. Así, cuando miramos desde y en el mar, surgen los maritorios australes como una cotidianeidad geohistórica singular. Desde su aparición, en la década de 1970, la noción de maritorio fue referida al Mar Interior de Chiloé y sus expresiones culturales marino-terrestres entrelazadas, pero hoy en día su uso se ha extendido hacia los canales australes de las Regiones de Aysén y Magallanes.
Se trata de un paisaje intrincado que revela dos expresiones coetáneas: en su margen septentrional, está compuesto por islas habitadas en las que se observan múltiples expresiones productivas (como ocurre con el Archipiélago de Chiloé); o islas escasamente habitadas en las que imperan inversiones privadas y pesca artesanal (como sucede en los archipiélagos meridionales). En su conjunto, los maritorios australes constituyen un gran sistema territorial en el que confluyen diversas trayectorias económicas, muchas veces contrapuestas; pero también los maritorios australes son un sistema patrimonial que posibilita y contiene simbolismos marítimo-costeros.
De esta forma, los maritorios australes son un mar-vivo que no deja olvidar a sus usuarios por dónde ir, por dónde volver y hacia dónde proyectarse en los tiempos de futuro. Todo esto implica, sin embargo, desafíos no menores para las actuales políticas públicas y proyectos de desarrollo, sobre todo si se considera que en nuestro país prima una racionalidad terrestre y continental, con un fuerte sesgo urbano, que invisibiliza el soporte ‘mar’ y anula otras expresiones territoriales.
El desarrollo del país, y sus regiones, pasa por mirar desde y en el mar, es decir, por promover una “cultura marítima”, en especial en la zona austral. Los maritorios australes, paisajes imbricados, únicos en el planeta y aun poco impactados en relación al panorama mundial, son también altamente sensibles al cambio climático. En los ecosistemas marinos bentónicos sur-australes, por ejemplo, las macroalgas, principalmente, los bosques submarinos de algas pardas (Kelp) funcionan como bioingenieros de ecosistemas debido a su rol en la conformación de la estructura de la comunidad bentónica, siendo fundamentales como “centinelas del cambio climático”.
La noción de maritorios australes, también evidencia la necesaria actualización de la legislación, pues las interrelaciones entre ésta y la propia biodiversidad austral subraya la consideración especial de los ciclos reproductivos que se modifican debido a factores ambientales cambiantes. Se requiere, entonces, con urgencia trabajar mancomunadamente con actores claves: Gobiernos locales, sectores públicos y privados e involucrando directamente, y sin preámbulos, a sus integrantes únicos e irrepetibles (pueblos originarios, poblaciones locales y pescadores artesanales), conocedores ancestrales de su entorno, generando alianzas con Universidades y Centros de Investigación, que permitan avanzar en tomas de decisiones pertinentes para un desarrollo sostenible del borde costero y maritorio austral.
En consecuencia, una “cultura marítima”, en su sentido público, tiende a estimular la conformación de mecanismos específicos que posibilitan distintos acoplamientos territoriales en las regiones de Los Lagos, de Aysén y de Magallanes, pudiendo estimular funciones que faciliten, en una palabra, el compromiso y creatividad con los maritorios australes.