• La reducción de la mortalidad y la notoria mejora en la calidad de vida, son los principales beneficios que tiene el tratamiento.
  • En noviembre se conocen las enfermedades y procedimientos que recibirán el Código del Fondo Nacional de Salud.

En Chile hay más de 24 mil pacientes que dependen de diálisis para sobrevivir y de ellos, poco menos del 10% puede acceder a un trasplante para mejorar su calidad de vida. Dada esta realidad, es que destacados médicos nefrólogos del país y agrupaciones de pacientes en diálisis, claman por tener acceso a una terapia que reduce en 23% la mortalidad de los enfermos renales crónicos: la Hemodiafiltración de Alto Volumen (HVHDF por sus siglas en inglés)

“Es una petición que llevamos años planteándola”, asegura Tomás Fernández, presidente de la Asociación de Dializados y Trasplantados de Chile (ASODI), quien agrega que esperan un gesto que sería “ponernos al día en lo que se refiere a tratamientos de primera línea a nivel mundial, sobre todo considerando que esta es una terapia que se usa hace años en Europa y en países latinoamericanos con resultados comprobados”.

La petición entra ahora en momentos clave, ya que es justamente en estas semanas cuando se está decidiendo qué patologías y tratamientos ingresan al GES y consiguen la codificación de FONASA. De lograrlo, más pacientes y sus familias podrán acceder a la Hemodiafiltración en hospitales públicos y recintos particulares, sin tener que recurrir obligatoriamente a una Isapre. Además, su ingreso significaría reducir significativamente el gasto en salud en un mediano y corto plazo debido a la reducción de complicaciones y hospitalizaciones.

“Pero más allá de los réditos económicos, hay un valor incalculable en el bienestar del paciente. La diálisis es de los procedimientos más invasivos que existe y contar con una terapia como la HVHDF es terminar, en gran medida, con el sufrimiento que muchas veces significan las sesiones y los días posteriores a ellas”, comenta Tomás Fernández.

Algo que es refrendado por Irene Bravo, quien después de 25 años sometiéndose a la diálisis tradicional, logró comenzar un tratamiento con HVHDF. “Mi vida cambió totalmente”, asegura la paciente, quien en 1994 tuvo que recurrir a un trasplante de riñón debido a una pelionefritis fulminante. “Mi vida antes de la Hemodiafiltración no era normal. Tenía muchos dolores después de las sesiones de diálisis, me costaba mucho empezar el día y siempre tenía la presión baja. En cambio, ahora, no sólo estoy mejor en los resultados de los exámenes, sino también en mi diario vivir: tengo más ánimo y puedo hacer más cosas sin depender de la ayuda de mis familiares”.

Finaliza haciendo un llamado directo: “me gustaría que más compañeros tuvieran la misma posibilidad que tuve yo, pero que no tengan que esperar tanto. Por ejemplo, me habría encantado ser madre, pero la diálisis me impidió tener tiempo para eso. Por eso ahora quiero cumplir otro de mis sueños que es luchar para que más dializados puedan acceder a mejores tratamientos y a una mejor calidad de vida”.

A su petición y a la de ASODI se han sumado los médicos nefrólogos de mayor prestigio del país. Ellos han estudiado la evidencia científica internacional y también han visto la experiencia en pacientes que comprueba los beneficios revolucionarios de esta terapia.

Por el momento y mientras espera ser aprobada para estar dentro de las patologías y tratamientos GES, la Hemodiafiltración sólo está disponible en lo centros de diálisis del Hospital de Niños Exequiel González Cortés, y en los hospitales de Punta Arenas, Coyhaique, Curanilahue, Talcahuano y Rapa Nui.