Investigación que ejecuta la Uach y la ULagos permite conocer a fondo los macroterritorios de la Patagonia y el Norte Chico para implementar mejores políticas públicas.
Conocer y entender el concepto de vocación productiva, qué es y cómo representa a cada territorio es fundamental para incidir en su propio desarrollo económico y para establecer las más adecuadas interrelaciones con otros centros y territorios. Así lo explica el proyecto que lideran la Universidad Austral de Chile y la Universidad de Los Lagos “Factores Territoriales de Localización y Especialización como Motores del Desarrollo” que ha focalizado su trabajo en los macroterritorios del Norte Chico y en la Patagonia Chilena.
Esta iniciativa, financiada por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (proyecto Fondecyt 1221173), explica que la Vocación Productiva de un territorio, representa la identidad productiva que nace del vínculo e interrelación entre variables productivas, laborales, empresas ya establecidas, emprendimientos y especialización relativa; además, en este concepto, importa mucho la interacción que existe entre los territorios que motivan estas interrelaciones.
Según explica el director del proyecto, académico del Instituto de Gestión e Industria de la Uach, Sergio Soza-Amigo, la Vocación Productiva de un territorio no tiene que ver única y exclusivamente con una determina producción o contribución del PIB a la economía (como usualmente se podría concebir). El concepto, que si bien incluye el PIB, va más allá, porque en la Vocación Productiva de un territorio, se identifican las relaciones de las actividades económicas que se desarrollan con las estructuras laborales, y con las demás regiones, ciudades, o poblados, que conforman los territorios.
“La investigación y los resultados preliminares que hemos obtenido, nos han facilitado la compresión de qué debemos entender por “Vocación Productiva”; segundo, cuál es la Vocación Productiva específica para la Patagonia y el Norte Chico y; finalmente, cómo simular y predecir el entramado productivo y posible desarrollo económico para cada uno de éstos, a partir de las Vocaciones productivas detectadas en ellos”, indica Soza-Amigo.
HALLAZGOS
Claudio Mancilla y Luz Ferrada, académicos de la Universidad de Los Lagos, y que participan en el proyecto, indican que hay hallazgos que parecieran ser intuitivos para las regiones estudiadas. Sin embargo, las variables que son claves para impulsar el desarrollo económico y, por lo tanto, las políticas públicas necesarias en cada territorio son diferentes.
Por ejemplo, para el Norte Chico, su vocación productiva está basada en la minería, la que trae aparejada altos ingresos. Aquí, las políticas de desarrollo en el norte deben apuntar a generar y fortalecer emprendimientos relacionados con la minería.
En el caso de la Patagonia Chilena, su Vocación Productiva está en sectores que tienen niveles de ingreso menores, tales como la agricultura, pesca e industria manufacturera. Sin embargo, aquí las políticas públicas deberían pasar por la generación de empleo en las comunas; en este sentido, y por ejemplo, pasa por las ayudas a la contratación o incentivos para que la población económicamente inactiva, se incorpore al mercado del trabajo.
Hay otro aspecto importante a mencionar en base a los resultados; la Vocación Productiva de la Patagonia obedece a actividades que usan recursos renovables; mientras que en la parte Norte del país, la minería al ser una actividad extractiva y de recursos no renovables, su desarrollo puede ser más limitado en el tiempo.
El hallazgo más general del proyecto, indica que cuando existe una estructura laboral que coincide con una estructura productiva, está la existencia de altas sensibilidades productivas (es decir que frente a pequeños incentivos, hay grandes cambios en la producción), y similitud en variados ámbitos entre las distintas áreas que conforman un territorio, la Vocación Productiva contribuye al incremento de actividades económicas. Con ello, el desarrollo económico de un área se sensibiliza y, dependiendo de la actividad, se favorecen el desarrollo sostenible del territorio.
Soza-Amigos explica que hay otro hallazgo interesante: “La productividad femenina, el producto interno bruto (PIB) y lo que se podría llamar tasas de emprendimientos, inciden de distinta manera en el mercado laboral femenino. Esto es, la brecha laboral de género es compleja, y su dinámica depende de la zona geográfica y del sector económico que se considere. Es tan complejo, que incluso algunos cambios en las condiciones económicas pueden reducir la brecha de género y, en otros, los mismos cambios pueden aumentarla”.
Estos hallazgos preliminares, invitan a plantearse; entre otras preguntas, si las distintas Estrategias de Desarrollo Regional o Planes de Desarrollo Comunal (Pladecos), están realmente en sintonía con las posibles Vocaciones Productivas o, revisar y replantearse si el momento que se espera llegue el desarrollo económico basados en una determinada actividad, es el adecuado y si la actividad en sí, es la idónea. Esto lo plantea Soza-Amigo porque “se han observado algunas estrategias y planes de desarrollo que priorizan, solo a modo de ejemplo, el turismo, pero que, de acuerdo a lo observado, no muestran una verdadera Vocación Productiva para ello, es decir, no hay un diálogo o relación territorial entre lo que se dice y lo que se hace”, agrega.
Según indican los investigadores, para determinar la Vocación Productiva, se hace uso de distintas herramientas económicas y estadísticas, algunas muy simples, y otras algo más complejas, dada la multiplicidad de factores que se evalúan de manera simultánea. Además, indican que la principal contribución de aplicar el concepto, es que “puede servir para generar ahorro de recursos, ya que las inversiones e incentivos al ser más focalizados e identificadas sus consecuencias productivas, generan un desarrollo económico que resulta ser más eficiente para los macroterritorios chilenos”.