Turismo y paz: un compromiso para el desarrollo sostenible en la Región de Los Lagos

Por Richard Paredes Hernández, director de área de Turismo del Instituto Profesional Santo Tomás Puerto Montt.

El pasado 27 de septiembre se conmemoró un nuevo Día Mundial del Turismo, bajo el lema «Turismo y Paz», un llamado que resuena profundamente en nuestra región, donde la actividad turística tiene el potencial de actuar como un puente para la cohesión social y el desarrollo sostenible. En un contexto caracterizado por su rica diversidad cultural y natural, el turismo puede ser una herramienta para promover el entendimiento y la cooperación entre comunidades, contribuyendo a la paz social y un crecimiento inclusivo que beneficia a todos los actores locales.

En la Región de Los Lagos, donde los paisajes imponentes y la herencia cultural conviven con desafíos económicos y sociales, el turismo representa una oportunidad única para fomentar la sostenibilidad. Sin embargo, esto solo es posible si se gestionan los recursos de manera responsable y se involucran a las comunidades locales en la planificación y toma de decisiones. El concepto de “Turismo y Paz” debe trascender el discurso y traducirse en políticas y prácticas que promuevan la equidad, reduzcan las brechas de desigualdad y fortalezcan el respeto por la identidad cultural del territorio.

En este escenario, la academia juega un papel crucial. Universidades e institutos de la región han desarrollado iniciativas de investigación, fomento y desarrollo productivo que buscan promover un turismo más sostenible e inclusivo. Desde la identificación de indicadores de gobernanza turística hasta la creación de redes de cooperación entre actores públicos y privados, el aporte académico se convierte en un catalizador para el cambio, promoviendo el desarrollo de capacidades locales y la formulación de políticas basadas en evidencia.

Para que el turismo realmente contribuya a la paz en nuestra región, es esencial implementar estrategias que equilibren el crecimiento económico con la conservación ambiental y la justicia social. La colaboración entre el sector público, privado y académico debe orientarse a fomentar un turismo que no solo atraiga visitantes, sino que también mejore la calidad de vida de las comunidades receptoras y preserve el entorno natural que hace único a la región.

El desarrollo turístico no puede ser visto como un fin en sí mismo, sino como un medio para construir sociedades más justas, en armonía y sostenibles. Tenemos la oportunidad de ser un ejemplo en turismo responsable, que fortalezca la paz y la prosperidad, siempre que se aborden los desafíos con una visión de largo plazo y un enfoque verdaderamente inclusivo.

 

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