La escalada del conflicto en Medio Oriente
Felipe Vergara Maldonado
Analista político
Universidad Andrés Bello
La crisis en el Medio Oriente ha ido creciendo con el paso de los meses, profundizando el conflicto de manera alarmante y sin señales de solución. Lo que comenzó como un ataque de Hamas a Israel, con la captura, asesinato y secuestro de ciudadanos de dicho país, un hecho grave y condenable, se ha traducido luego en una invasión de Israel en los territorios palestinos; causando una gran cantidad de muertes y la destrucción masiva de infraestructura física y la pérdida de vidas, sin precedentes, lo que ha derivado en una severa crisis humanitaria en los territorios palestinos.
Sin embargo, la situación se ha complicado aún más con el asesinato del líder de Hamás, Ismail Haniya en territorio iraní por parte de militares israelíes. Este acto no sólo profundizó el conflicto, sino que añadió un nuevo actor: Irán. A ello se suma el reciente bombardeo indiscriminado por parte de Israel a zonas del Líbano, causando la muerte de más de 500 personas en pocos días, incluidos varios niños. El objetivo de estos ataques era eliminar a líderes de que residían en el Líbano, lo cual se logró, pero el precio fue alto: no sólo murieron autoridades del movimiento terrorista Hezbollah, sino que también cientos de civiles.
Frente a estos hechos, tanto Irán como Líbano han respondido. El primero, lanzando una gran cantidad de misiles contra Israel, y el Líbano con ataques direccionados a ciertos territorios cercanos a la frontera; así, el conflicto que originalmente involucraba a Israel y Palestina, ahora se ha extendido, con incursiones militares israelíes tanto en la Franja de Gaza como en el Líbano y ataques cruzados entre los diferentes países del Medio Oriente. El resultado es un conflicto que se agrava día a día, mientras la ciudadanía observa con terror cómo se intensifican los ataques, con el temor de que la situación alcance dimensiones aún mayores y se constatan los apoyos de las grandes potencias a cada uno de los países en conflicto.
No hay duda y la historia así lo confirma, que la región del Medio Oriente siempre ha sido una zona frágil y en conflicto permanente ya sea por temas territoriales, religiosos o económicos; y no sería de sorprender que en un futuro cercano otros países como Siria, Irak o Jordania se vean involucrados en este conflicto, lo que agravaría aún más la situación; en un momento, por lo demás, en que la sociedad mundial ya enfrenta varados desafíos tanto geopolíticos, como económicos.
No hay una salida clara para este conflicto; lo único cierto es que la tensión ha escalado y no se avizora una solución en el horizonte que pueda poner fin a esta a la violencia en la región. La preocupación es mundial, ya que no sólo afecta a las personas y países directamente involucrados, sino que también al resto del mundo. Es posible, además, que se genere un impacto económico, como el aumento en los precios del petróleo, que afecte mundialmente, complicando aún más el panorama.
Medio Oriente siempre ha sido un territorio en conflicto, y esta nueva escalada parece confirmar que la paz en la región sigue siendo un objetivo inalcanzable.