Sabemos que Chile se ha ido posicionando en el ámbito turístico regional. Hemos aparecido en publicaciones, galardonados con reconocimientos y para refrendar esto, tenemos la información de Myriam Gómez (directora ejecutiva de imagen de Chile) que de acuerdo a un monitoreo realizado el 2017 en los medios extranjeros, el 20% de los artículos sobre turismo y panoramas se enfocó en realzar nuestro potencial culinario y vitivinícola.
Esta industria moviliza a 1.235 millones de turistas al año (UNWTO, 2016). A nosotros nos visitaron 6, 450 millones de personas, 14,3% más, en relación al año 2016; argentinos, brasileños y europeos, son los que más vienen. El 2018 se espera un incremento de un 8,5% vs 2017 (División Estudios de Subsecretaría de Turismo).
Mundial y localmente, aporta con más del 10% del PIB, con el 7% de las exportaciones mundiales y representa más del 3% de las exportaciones de servicios. 1 de cada 10 habitantes, trabaja en este rubro, creando 292 millones de puestos de trabajo, en 2016, según el Índice de Competitividad de Viajes y Turismo 2017 del Foro Económico Mundial; América es una de las macrorregiones más «amigables» para el turismo internacional y la segunda que más ha mejorado desde la última edición del informe, por detrás de la región Asia-Pacífico.
Tópicos importantes a cuidar en este ámbito son, la protección al medio ambiente, la paz y seguridad, la conservación cultural, sabiendo que aporta a la creación de empleo, al desarrollo y crecimiento económico. El gasto turístico 2015 fue de $8.010 millones de dólares (Incluye aportes directos, indirectos e inducidos y son de la subsecretaría).
Si pensamos en la cadena de valor turística, visualizamos los alojamientos, el transporte, la alimentación, el comercio, los servicios médicos, la energía, los parques, teatros, deportes, etc. Un punto importante es el valor de “tú negocio”; así lo consignaba Bettina Paredes emprendedora turística, señalando que hay que generar una propuesta de valor propia, mostrar nuestro sello, el aporte condicionado por las capacidades y posibilidades que tenemos de marcar una diferencia, esta es la clave de pasar de ser un punto genérico a ser un enclave representativo de una zona.
El trayecto del turista dejó de ser un “Funnel” para convertirse en una matriz de factores de Influencia y debemos de pensar que todo lo que hacemos, finalmente repercutirá sobre el turista extranjero que nos visita.
“Cuanto menor sea la oportunidad o capacidad del consumidor para juzgar el producto antes de comprarlo, más intensamente la imagen influirá en el comportamiento de compra del consumidor. Esto es especialmente aplicable en el caso de los destinos turísticos donde el consumidor potencial no tiene opción de probar el producto antes de comprar”, Turespaña, Plan de objetivos para la promoción exterior de turismo.
Dr. Ulises Alarcón G. Académico Escuela Ingeniería Civil industrial, Sede Puerto Montt, UACH.