Marco Berdichevsky B.
Vicepresidente de Recursos Humanos en Finning South America
La semana recién pasada el Servicio Nacional de Capacitación y Empleo (SENCE), lanzó su nueva hoja de ruta y desafíos más próximos. En la ocasión el Ministro del Trabajo Nicolás Monckeberg, afirmó “el futuro ya está aquí y lo enfrentamos con creatividad y capacitación”.
Es que, sin duda, es evidente que la cuarta revolución tecnológica está impactando fuertemente en el mercado laboral, de tal forma que, si la formación del empleo y la capacitación no son las apropiadas, los trabajadores serán testigos de la pérdida de empleos y las empresas no serán capaces de sobrevivir si no se reinventan.
Uno de los rubros en que las innovaciones tecnológicas han llegado para quedarse es la minería donde cada día se requiere de más capital humano capacitado para enfrentar los nuevos desafíos que estos cambios imponen.
Recientemente el Consejo de Competencias Mineras (CCM) junto a la OTIC de la Cámara Chilena de la Construcción -con la asesoría experta de Fundación Chile-, desarrollaron el estudio “Demanda de Capital Humano: Construcción de proyectos en la gran minería 2018-2022” y, solamente en esta área, detectaron que el sector minero necesitará más de 29 mil especialistas en construcción en el mediano plazo para levantar los proyectos que ya están en carpeta.
El informe rescata además la importancia de formar capital humano pertinente para la industria y estima que -en el segundo semestre de 2019- se producirá el peak de demanda de capital humano en el quinquenio para los proyectos analizados, con cerca de 30 mil trabajadores contratados en proyectos de construcción para la minería.
Así como ocurre en este ámbito, la demanda de nuevos especialistas con amplios conocimientos tecnológicos en el resto de las operaciones mineras también es alta, lo que obliga a nuestros trabajadores a adquirir nuevas capacidades para acceder a nuevos puestos; tal como lo advirtió el World Economic Forum quien afirmó que en 2019 un 29% del trabajo se hace con máquinas, pero que en el 2025 este porcentaje subirá hasta el 52%.
Naturalmente, no basta con tener nuevos conocimientos si se desconoce el “leitmotiv” de la empresa, de allí que aprovechar la experiencia y el “know how” de los propios trabajadores es muy relevante. Diversos estudios han demostrado que es más costoso contratar y capacitar a un empleado nuevo que retener un empleado existente. Es así como el esfuerzo también está en que aquellos empleados con profundo conocimiento del negocio, capaces de garantizar que productos y servicios ofrezcan una experiencia del cliente
mejorada, sólo requieran un “aggiornarse” en función de las innovaciones para el tipo de actividad que realizan.
Aunque algunos empresarios no dan importancia a la capacitación de sus empleados, lo cierto es que es una de las inversiones más importantes que toda compañía debe hacer y -si bien se afirma que la competencia más difícil de desarrollar en los sénior es su capacidad de cambio-, también es cierto que es un reto que cruza todas las generaciones de empleados.
Finalmente, también está demostrado que los trabajadores más capacitados también suelen ser los más satisfechos, los que mejor trabajan y los que permanecen más tiempo en sus puestos con mayor grado de compromiso. La fórmula es clara sólo falta que nos hagamos cargo de ella.