A simple vista, suelen presentarse en las piernas y generan dolor y molestias en quienes las padecen. La insuficiencia venosa, también conocida comúnmente como várices, corresponde a la dilatación de venas provocadas por una acumulación anormal de sangre en su paredes y válvulas.

Mucho se ha dicho respecto a que su aparición también se relaciona con el uso excesivo del calientacamas o el guatero. El cirujano vascular de Clínica Santa María, Dr. Sergio Valenzuela, derriba este mito: “No producen várices, pero lo que sí pueden ocasionar es el aumento de la sintomatología en pacientes que sí las tengan”, sostiene el especialista.

El jefe de Cirugía Vascular de Clínica Dávila, Dr. Juan Pablo Fuenzalida, agrega que, si bien estos artículos no son los responsables de las várices, “el calor local habitualmente acentúa las molestias en las piernas”.

Diagnóstico

El Dr. Claudio Vallejos, coordinador de Cirugía Vascular de Clínica Vespucio, entrega algunas recomendaciones para identificar cuándo algo anda mal y es necesario visitar al médico:

  • Ante la presencia de venas notorias.
  • Sensación de pesadez en las piernas.
  • Dolor, picor y calambres.
  • Hinchazón (edema) y úlceras en la piel, en casos severos.

Factores de riesgo

El Dr. Fuenzalida especifica las características que hacen más propensas a las personas a sufrir de várices:

  • Tener entre 30 y 50 años.
  • Sexo femenino.
  • Personas que trabajan de pie.
  • Embarazos.
  • Personas sedentarias.
  • Pacientes con antecedentes familiares.

Recomendaciones

“Para quienes usan calientacamas, la sugerencia es prenderlo antes de acostarse y luego apagarlo al momento de irse a dormir”, dice el especialista de Clínica Dávila, Dr. Juan Pablo Fuenzalida. A esto, el Dr. Sergio Valenzuela, de Clínica Santa María, añade que “los pacientes que tienen insuficiencia venosa conocida no deben utilizarlos. Y aquellos que presenten muchos síntomas de pesadez, cansancio o calambres en las piernas, sobre todo por el uso de estos artefactos, o después de un baño con agua caliente, deben consultar a un cirujano vascular”.

Tratamiento

El manejo clínico de esta patología depende del perfil del paciente y del tipo de várices.

  • Tratamiento conservador: En pacientes sin indicación de cirugía, se deben prevenir factores de riesgo, tales como, estar mucho tiempo de pie, sobrepeso, sedentarismo, etc. Asimismo, se indica descansar con piernas en alto, hacer ejercicio, uso de medias elasticadas y, en ocasiones, medicamentos que mejoran la función venosa.
  • Tratamiento esclerosante: Se utiliza para tratar várices pequeñas y consiste en inyectar una sustancia en la zona afectada para cerrar el paso de la sangre y evitar que las venas continúen dilatándose.
  • Cirugía convencional: Se extraen las venas defectuosas.
  • Termoablación, láser o radiofrecuencia: Ambos procedimientos son menos invasivos, por lo que el tiempo de recuperación podría ser más breve en comparación a la intervención tradicional, pero esto dependerá también de cada paciente.
  • Otras técnicas: Sustancias químicas que se inyectan en la vena para adherir literalmente sus paredes, con lo que virtualmente se elimina la vena enferma.

El Dr. Vallejos aclara que estas técnicas son complementarias y que siempre debe evaluarse cada caso en particular, para optar por la que resulte más conveniente para el paciente.