Prof. Felipe Almuna Salgado.
Instituto de Especialidades Pedagógicas, Universidad Austral de Chile,
Sede Puerto Montt
Aunque la labor docente es demandante y desgastante, la enseñanza de manera presencial se disfruta.
Para los que somos docentes, alguna vez hemos experimentado lo que en neurociencia se denomina estado de flujo—que ocurre cuando estamos tan inmersos en una actividad que parece que el que el tiempo vuela y disfrutamos de lo que hacemos olvidándonos de lo que ocurre a nuestro alrededor—cuando realizamos docencia presencial.
Según una encuesta realizada el 2017 a académicos de universidades en U.S.A., solo el 9% de las y los encuestados prefieren enseñar en un entorno completamente en línea.
El reciente estado de distanciamiento social ha obligado a suspender de forma repentina todas las clases presenciales en todos los niveles de enseñanza en nuestro país. Un número no menor de instituciones educacionales están desarrollando sus labores de enseñanza de manera virtual, unas con un sistema ya consolidado de docencia virtual mientras
que en otras son las y los propios docentes quienes con la formación, software gratuito y
hardware limitado son quienes están tratando—como frecuentemente lo hacen—de catalizar el aprendizaje de sus estudiantes estos días. Desde la UACh, sugerimos algunas ideas para hacer de este proceso más llevadero.
Probablemente una vez que las lea, parecerán de sentido común, ese es el punto. Primero, esté presente: Cuando enseñas en persona, no dejas a los estudiantes solos, sino que estás con ellos, explicando, guiando, preguntando, ilustrando, respondiendo preguntas.
Trata de seguir este principio; no subas solamente el material o busques videos en YouTube o Tiktok para sus estudiantes. Por ejemplo, implemente un cronograma acotado para dudas y consultas. Esté presente y activamente involucrado. Está ahí para sus estudiantes.
Segundo, se tú mismo: las y los docentes disfrutamos de la enseñanza en persona debido a la oportunidad de interactuar con los estudiantes. Esto no se debe perder en la enseñanza en línea. La solución, por cierto, no es realizar un video suyo dando una clase sin estudiantes. En cambio, capture su personalidad y su pasión de maneras diferentes a lo que podría hacer en persona, pero auténticas.
Por ejemplo, trate de plasmar su personalidad en su escritura. Tercero, póngase en los zapatos de sus estudiantes: Honestamente, muchos de nosotros no disfrutamos realizar clases en línea.
Si es difícil para nosotros, es plausible imaginar que esto sea aún más difícil para nuestros estudiantes.
Cuando se enseña en persona, uno ayuda a las y los estudiantes a sentirse bienvenidos y cómodos en el aula. Aplica ese mismo principio a tus clases en línea. Por ejemplo, transmita positividad y respete grados de avance.
Recuerde que sus estudiantes deben querer estar en la clase en línea antes de que puedan aprender algo. Por último, pero no por ello menos importante, hay voces que legitimante cuestionan un cambio de paradigma en la forma de enseñar, pero me temo que quienes se resisten a nuevas formas, paradójicamente están atrapados en una construcción de
aula tradicional para comprender lo que puede significar la educación en línea en un momento transitorio de emergencia sanitaria.