Cuarentena por COVID-19
Trabajadores de ESSAL se confinan voluntariamente
para asegurar suministro de agua potable en Osorno
- Esta medida es la más extrema que ha tomado la compañía para asegurar la continuidad de sus servicios dada la cuarentena decretada en la ciudad.
- Desde la sanitaria destacan el alto compromiso de los equipos que asumen esta nueva modalidad de trabajo que implica un gran desafío logístico.
- Todos los trabajadores confinados serán sometidos a chequeos médicos periódicos y a pruebas de PCR.
En una medida inédita, la sanitaria ESSAL propuso a sus trabajadores de plantas de producción de agua potable y tratamiento de aguas servidas un sistema de confinamiento voluntario con la finalidad de proteger su salud y asegurar con ello el suministro de agua potable para Osorno, todo en medio del nuevo escenario que enfrenta la ciudad de cuarentena total ante la emergencia sanitaria por COVID-19.
Según explicó el gerente General de ESSAL, José Sáez, esta medida está en línea con la estrategia que ha definido el Grupo Aguas Andinas para gestionar su labor ante la pandemia por Coronavirus y con la experiencia previa de sus matrices en Europa: “En ESSAL, cuando comenzamos tempranamente a trabajar en medidas de mitigación y contingencia, definimos tres ejes rectores de nuestra gestión: primero proteger la salud de nuestros trabajadores y trabajadoras así como la de nuestros clientes; segundo, asegurar la continuidad del servicio de agua potable; y tercero, contribuir, desde nuestra compañía y con nuestras acciones, a evitar la propagación del COVID-19 en la comunidad. Esta medida viene precisamente a cumplir con aquello y a confirmar nuestro permanente compromiso con nuestras comunidades de las que formamos parte”.
El ejecutivo detalló que el sistema de confinamiento para cada planta se basa en turnos rotatorios de cuatro parejas de trabajadores que toman distintos roles en forma simultánea.
Estos turnos, de siete días de duración, funcionarán de la siguiente manera a partir del lunes 6 de abril:
- Dos trabajadores permanecerán en la planta de agua potable de Caipulli donde realizarán las labores propias para mantener el suministro a toda la ciudad. Cuando terminen su turno de siete días, se dirigirán a sus domicilios.
- Mientras, otra pareja se confinará en cabañas alejadas de la planta para mantener su aislamiento y sin contacto con el exterior. Tras siete días, estos trabajadores reemplazarán a sus compañeros en Caipulli.
- Otras dos parejas permanecer confinadas en sus casas a la espera de entrar en las cabañas de aislamiento.
Este proceso de confinamiento por turnos asegura, por una parte, el aislamiento de los trabajadores para que no resulten contagiados y, en caso de que así sucediera, frenar su propagación entre el resto de los compañeros y la comunidad, pues sólo dos de ellos se verían afectados.
Todos estos trabajadores voluntarios serán sometidos a pruebas de PCR para la detección del COVID-19 al entrar en las cabañas de confinamiento, a chequeos médicos periódicos y a apoyo psicológico por parte de especialistas.
Este mismo proceso se implementará en la planta de tratamiento de aguas servidas de Osorno.
José Sáez destacó que, en todo este diseño, se han dispuesto estrictos protocolos y controles de seguridad para cada uno de los equipos que se someterán a este sistema: “Hemos definido que previo a que un equipo ingrese a las cabañas será sometido al test para saber si da positivo en COVID-19, hemos externalizado el servicio de alimentación con instituciones que cuentan con las aprobaciones de salud correspondiente. Para cada uno de los equipos confinados disponemos de chequeos médicos periódicos con metodologías que nos han aportado asesores médicos gestionados por el Grupo Aguas Andinas, del mismo modo contamos con apoyo psicológico para todos ellos, y hemos dispuesto distintos canales remotos para que los equipos confinados mantengan un permanente contacto con sus familias y seres queridos. Se han abordado todos los detalles para que, en esta nueva modalidad de trabajo, nuestros colaboradores estén en las mejores condiciones y sigamos cumpliendo nuestro compromiso de llevar cada día el agua potable a los hogares osorninos”.
Sáez también destacó la buena disposición de los trabajadores que voluntariamente aceptaron asumir esta nueva modalidad de trabajo con el objetivo de asegurar la continuidad del servicio: “Estoy tremendamente orgulloso de nuestros trabajadores y trabajadoras, ellos son nuestros héroes anónimos, personas comprometidas con el bien común, a ellos les agradecemos su dedicación y entrega para asumir los desafíos que nos impone esta emergencia por Coronavirus. Cada uno de quienes conforman el equipo de ESSAL tiene plena conciencia de la relevancia del rol que jugamos. Detrás de los equipos que se confinan hay muchas más personas encargándose de cada detalle para que este sistema funcione. Esta emergencia no ha sido fácil para nadie. Sin embargo, creemos que, desde nuestra compañía, llevando el agua potable cada día a los hogares de las distintas ciudades de las regiones de Los Ríos y de Los Lagos, contribuimos en forma efectiva a frenar la expansión de esta pandemia porque el agua es un elemento indispensable”.
Esta medida se suma a otras acciones implementadas por ESSAL desde el inicio de la pandemia por COVID-19, entre ellas la sanitización permanente de las instalaciones y móviles de traslado, el refuerzo de los sistemas e infraestructura tecnológica que permiten desarrollar los diferentes procesos para optimizar el teletrabajo y la disposición de los insumos necesarios y suficientes para mantener la operatividad habitual, como pueden ser flúor o cloro, entre otros.