Estamos en el momento quizás más complejo de la pandemia por SarsCov2, las cifras nos obligan a un nuevo esfuerzo cuando estamos cansados y afectados laboral, económica y desde nuestra salud mental. El número de personas que fallecen diariamente y la presión ya insostenible en las unidades de cuidados intensivos pareciera ya no afectarnos, como si defensivamente ya hubiéramos normalizado la muerte y el dolor.
Aún hay deficiencias en trazabilidad y no encontramos una manera efectiva de comunicar el riesgo a algunos sectores de la población. Desde las distintas áreas de la economía se generan enormes presiones hacia el área de salud a objeto de reducir las restricciones, siendo insuficientes los esfuerzos de las empresas por favorecer el teletrabajo, establecer horarios diferidos y mejorar protocolos a fin de que los empleos esenciales sean seguros.
En paralelo se está desarrollando una campaña de vacunación exitosa, que por una parte nos llena de orgullo y de esperanza, pero por otro lado nos expone, ya que genera falsas confianzas dado a que hay que esperar a que la mayoría de la población este inmunizada y tengamos certezas con respecto a las nuevas variantes. Aún nos quedan varios meses, muchas personas por vacunar y la urgencia de que todos, gobierno, instituciones, trabajadores y estudiantes, hagamos un gigante esfuerzo adicional por cumplir estrictamente las medidas sanitarias y seguir cuidándonos.
Osvaldo Artaza Barrios, Decano Facultad de Salud y Ciencias Sociales Universidad de Las Américas UDLA