Difícilmente alguien podría poner en duda que el uso excesivo de plástico ha afectado enormemente a nuestro planeta. Sin embargo, mirar algunas cifras es útil si queremos entender la real urgencia de poner alto a esta situación. De acuerdo con un reciente estudio de la WWF, los costos sociales, ambientales y económicos del ciclo de vida de los plásticos producidos sólo en 2019 ascienden a 3,7 billones de dólares, más que el PIB de India. Y eso no es lo peor: la cifra se duplicaría para 2040 y con ello se triplicaría la contaminación por plástico que ingresa al océano, llegando a los 600 millones de toneladas.
Frente a esto la pregunta es ¿qué estamos haciendo a nivel personal para cambiar este escenario? Se ha avanzando en políticas públicas y nuevas regulaciones, pero ¿es realmente necesario esperar que nos impongan normas? La respuesta es no. Cada uno de nosotros puede ser hoy un agente de cambio, prefiriendo productos de reemplazo a los tan negativos plásticos de un solo uso, que no sólo incentiven la reutilización, sino que además garanticen la biodegradación en un plazo menor de tiempo. La buena noticia es que existen cada vez más alternativas para comenzar a aportar a la construcción de un mundo libre de plásticos sin que eso signifique encarecer o complicar nuestra vida. La invitación entonces es a buscarlas, conocerlas y tomar acción, pues el diagnóstico está claro y en nuestras manos está el poder de mejorarlo.
Rodrigo Sandoval
Fundador I Am Not Plastic