Por Jean-Philippe Le Nagard, Director General de Thales en el Cono Sur
Es necesario reforzar las soluciones tecnológicas en seguridad digital e identidad, defensa, aeroespacio y espacio, no solo porque es un requisito para el desarrollo sostenible en un mundo lleno de incertidumbre. También es la llave para salvaguardar la soberanía, a la población y prepararnos ante otros agentes de inestabilidad, tales como el narcotráfico, terrorismo o ciber amenazas. Una encuesta de AthenaLab junto a Ipsos reveló que los ataques cibernéticos son una amenaza crucial para la seguridad nacional (70%).[1]
Ante este contexto de “jaque”, tanto gobiernos como empresas buscan garantizar la seguridad de las tecnologías que mantienen al mundo en movimiento: la infraestructura crítica en energía, transporte, redes satelitales que permiten avances tan inminentes como el Internet de Las Cosas (IoT), radares que permiten mejorar el control fronterizo, plataformas navales multirol destinadas a la protección de las fronteras, salvaguardar la vida en el mar, servir de apoyo ante catástrofes y emergencias.
Algunos avances ya se avecinan: una nueva estación radar en Calama -100% basada en energía renovable- desde 2023, que ofrecerá mayor control y seguridad del espacio aéreo en la zona norte del país; tecnologías que apuntan a facilitar el trabajo de las policías en los accesos de salida e ingreso al país; y pronto las primeras pruebas de Internet satelital con conexión 5G que prometen llegar a las zonas más recónditas.
Proteger a los ciudadanos, las fronteras y los activos fundamentales son pilares clave para conservar la integridad nacional y soberanía en todos los frentes; desde el hogar, la ciudad, el océano, hasta el espacio y ciberespacio. Todo bajo un mismo fin, que es formar parte de una transformación digital segura.