El Instituto de Salud Pública certificó la efectividad e inocuidad de la tecnología Clean Copper que se perfila como la solución más sustentable para desinfectar superficies, dejándolas libres de virus y bacterias.
La pandemia cambió para siempre los protocolos de higiene y desinfección de los espacios públicos, que pueden ser fuentes de transmisión de virus como el Covid-19, pero también de bacterias. En este escenario, el Instituto de Salud Pública (ISP) -de manera inédita- otorgó la resolución sanitaria para Clean Copper, cuyas láminas de cobre sólido sustituyen a los productos químicos que generan toxicidad para las personas y el planeta.
“Hace ya casi dos años que estábamos demostrando científicamente que Clean Copper logra eliminar los patógenos de manera autónoma y continua por 24 meses. Eso fue lo que nos llevó a hacer muchos estudios científicos en Chile y en el extranjero, demostrando que somos un sanitizante y de hecho uno mucho más eficiente que cualquier químico”, afirmó Nicolás Méndez, CEO de Clean Copper.
Empresas, edificios públicos y hasta flotas de transporte hoy pueden contar con superficies “inteligentes”, recubiertas con una tecnología totalmente validada por la autoridad sanitaria.
“Imagínense los buses y vagones del transporte público con un sistema de desinfección autónomo y continuo, mientras minimizan el costo de la desinfección de éstos. Es un win win para todos… Incluso una de las mayores externalidades positivas es que al estar protegidos continuamente, esto provocará una disminución de contagios de diversos patógenos liberando el sistema de salud público y bajando los gastos del Estado”, comentó el cofundador de la startup apoyada por Corfo.
Para llegar a estos resultados hubo que invertir mucho capital financiero y humano, además de seguir numerosas reglas dentro de los protocolos de registro. Igualmente, los fundadores de Clean Copper, tuvieron que hacer pruebas científicas de laboratorios certificados, para validar la efectividad, ausencia de toxicidad y la estabilidad del producto en el tiempo.
Ahora, los planes de la firma chilena son ambiciosos, pero, se centrarán en tres aspectos fundamentales, entre ellos, contactar a los clientes que analizaron el producto, pero que requerían la resolución sanitaria para incorporarlo en la protección de sus colaboradores.
Otra línea de acción será mirar una nueva modalidad de negocio, para poder acceder a más clientes, de manera más rápida y acelerar la normalización, una tecnología que fue probada también en ambientes de alto tráfico en California, Estados Unidos.
Además, los emprendedores revisarán las opciones de protocolos de limpieza del Ministerio de Salud. “Si bien hoy el ISP nos reconoce como sanitizantes, nos gustaría que el Minsal pudiese incluir, dentro de sus protocolos de limpieza, a Clean Copper como una alternativa al amonio cuaternario, hipocloritos o cloro, para efectos de desinfección de superficies. Así podremos darle mayor exposición al producto, demostrar los problemas que resuelve y las bondades que nos entrega”, concluye Nicolás Méndez.
En menos de dos años, Clean Copper ha recubierto más de mil metros cuadrados, que equivalen a unas 120 mil manillas, aproximadamente. Este recubrimiento es cortado y pulido con máquinas especializadas, para garantizar la seguridad de quienes toman contacto con las superficies, lo que ha sido especialmente útil durante la pandemia.