La Educación Superior como un actor clave para erradicar la homofobia
Este mes se conmemora el Día Internacional Contra la Homofobia, Transfobia y Bifobia, con el objetivo de denunciar la discriminación de la cual son objeto las personas con una orientación sexual distinta a la heterosexualidad, como es el caso de los homosexuales, los transexuales, los bisexuales y las lesbianas en todo el mundo.
En Chile, al contrario de lo que muchos pueden pensar, la realidad indica que las agresiones a esta comunidad no se han detenido. Así lo revela el último Informe Anual de Derechos Humanos de la Diversidad Sexual y de Género, elaborado por el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh), que en 2020 reportó un aumento de un 14,7% de denuncias por homofobia y transfobia en Chile, sumando 1.266 casos, siendo la cifra más alta conocida hasta el momento.
Por lo tanto, teniendo en cuenta estos antecedentes, es de suma importancia que la sociedad en su conjunto, y así como en todas las universidades, expresemos nuestra profunda preocupación por estos antecedentes, y mostremos un real compromiso con la lucha contra la homofobia, por ejemplo, proporcionando espacios de reflexión sobre la materia, así como promoviendo la igualdad y el respeto hacia estas comunidades dentro de nuestros espacios estudiantiles.
En este sentido, esta efeméride es una oportunidad para realizar un llamado a la acción para promover el respeto, la inclusión y la igualdad de derechos para todas las personas, sin importar su orientación sexual o identidad de género.
También es un recordatorio de que debemos educar y concientizar a nuestras comunidades sobre la diversidad, para fomentar la aceptación y el apoyo mutuo, puesto que estas actitudes discriminatorias no solo dañan a las personas directamente afectadas, sino que también perpetúan la desigualdad y socavan los valores fundamentales de la libertad y la dignidad humana.
Lo que debe hacer la sociedad, en definitiva, es buscar todas las fórmulas para que, como individuos, podamos comprometernos a desafiar nuestros propios prejuicios y a ser aliados de la comunidad LGBT. Del mismo modo, es fundamental que los líderes y autoridades asuman su responsabilidad en la promoción de la igualdad y la protección de los derechos humanos de todas las personas.
Esto implica implementar políticas inclusivas, brindar apoyo y recursos a estas minorías, fomentando una cultura de respeto y aceptación, donde los espacios educacionales sean una de las claves para generar cambios reales.