Por Caroline Yans Paredes, directora carrera de Nutrición y Dietética de la Universidad Santo Tomás Puerto Montt.
Llega marzo y con ello el interés por potenciar el rendimiento académico, siendo fundamental mantener una adecuada nutrición, específicamente en ciertos nutrientes y alimentos que se deben incluir periódicamente, como también potenciar diversos hábitos saludables.
Si bien los variados estudios que han analizado el aprendizaje, capacidad de memoria y concentración, indican que los estudiantes, independiente de la edad que consumen frutas, verduras y legumbres habitualmente tienen mejor rendimiento académico, hay otros nutrientes específicos que se deben incluir como, por ejemplo Vitamina B1, la encontramos en productos integrales como el pan y cereales integrales; también en huevos, legumbres y nueces y tiene un papel clave en el mantenimiento de la energía celular y en la regulación de la comunicación entre neuronas, potenciando la concentración y memoria.
También necesitamos de las Vitaminas B12, B6, B9, éstas son importantes para el metabolismo de macronutrientes y síntesis de neurotransmisores, como la acetilcolina que está relacionada con el aprendizaje. Los alimentos fuentes de este tipo de vitaminas son productos cárnicos como carne de vacuno y pescados, también frutos secos y huevos. Por otra parte, está el Omega 3, presente en pescados y semillas como chía y linaza, éste es fundamental para el desarrollo y funcionamiento del sistema nervioso y el cerebro, mejorando el desarrollo cognitivo en niños y potenciando la concentración. Y también la Vitamina D, desempeña funciones en diversos procesos cognitivos, encargados de la memoria y la encontramos en alimentos enriquecidos como lácteos y a partir de este año 2024, las harinas y productos lácteos deberán fortificarse por Ley.
Por otro lado, considerando los hábitos que se encuentran directamente relacionados con el rendimiento académico se encuentra ser físicamente activo donde se debe cumplir con la recomendación de realizar algún tipo de ejercicio como trotar, levantar pesas, realizar yoga o algún deporte 3 a 4 veces por semana; cumplir con las horas de sueño, de acuerdo a la edad, para los adolescentes y adultos, la recomendación de sueño son 8 horas idealmente, para preescolar y escolar de 10 a 12 horas; alejarse de las pantallas es otro punto importante que se relaciona tanto con el descanso como con el rendimiento académico, estudios han analizado una directa relación entre su uso y una menor capacidad de atención y concentración. A mayor uso de pantallas, menor rendimiento académico.
Finalmente, hay diversos aspectos a tener en cuenta para mejorar y potenciar el aprendizaje, como son: dejar de lado las tecnologías, realizar ejercicio y consumir una alimentación rica en nutrientes clave, todo esto potenciará la concentración, aprendizaje y capacidad de memoria, viéndose reflejado en el rendimiento académico.